miércoles, 22 de octubre de 2014

Mari Nakazaki: "Si pudiese me hubiera ido yo de mí hace tiempo"


Mari Nakasaki es una mujer que empieza a buscarse poéticamente, o comienza a encontrarse. Como sea, es un proceso que aún no culmina. Su mente, al parecer, está resolviendo una serie de "fotografías" que remedan lo que ella asume que es: "un cuerpo entristecido sin razón". Cada verso me resulta insistente a la hora definirse, y sospecho que por tal motivo no se encuentra una coma (,) o punto (.) que conceda una pausa. Mari debe ser así, una jovencita sin treguas. 




MI CUERPO




entorpecido con los días
descascarado con la humedad
sublime en la espera

atrofiado
con los cables de luz del poste de la esquina

reconstruido como la acera de enfrente

vacío
como la carne a base de grasas saturadas
ofertado en supermercados
destrozado por el siglo

entumecido en una orilla repleta de crustáceos
con las horas
abominable

Mi cuerpo
que vive
arriba
delante
detrás
de costado encima abajo atrás

cerca y fuera
del rincón
de tu altar
del ataúd

Mi cuerpo
entristecido sin razón
menguado
Mi cuerpo
sigiloso
lento y silencioso

Mi cuerpo
éste mi cuerpo
que vive a expendías de tenerte






ME PUDRO




Sobre esta roca que no alimenta
En el blando rencor de esta noche

Me pudro entre ceja y ceja
Me ahogo en la distancia de los techos
Sobre los suelos donde yacen mis muertos
Se pudre mi carne por dentro
Y de mí sale un hijo que no conozco
Apesto

Me pudro
Mujer estéril
No existo
Entre colinas que cercan el espacio
Entre el ruido de autobuses
Bajo la sombra de un moribundo
En la falta de luz
Que nada da,
Y nada quita
En la música imposible
Que no alcanza sus propias manos
Y se le rebalsa la sangre hasta el hastío

Me pudro
Yuxtapuesta en la nada
Sobre olores fétidos
De espaldas al estiércol de mi infancia

Me pudro
Por esta muerte
Me pudro y no lo evito
Y lucho por esta muerte sólo mía
Esta mi muerte
Que traspasa infinito





CANCIÓN DEL ANÓNIMO

(…)Sólo para olvidarte
he sido todo lo que nunca he sido.
Yo confundí el amor con los amores.
Y los amores fueron espejismos.
Y en una caravana de disfraces
atravesé desiertos infinitos.
Y todo ha sido tarde.
Y todo ha sido inútil, amor mío.
Crucé bajo los mares sin mojarme.
He vivido sin ti:
nada he vivido.

César Calvo


Yo te hubiese querido
y hubiese escrito tu nombre
en un cuaderno atlas #602
cuadriculado de ochenta hojas
y ninguna en blanco
80 hojas con tu nombre
de derecha a izquierda
como al otro lado del mundo
te hubiese querido
desde lo más viejo de mi cuerpo
te hubiese querido
como se quieren en oriente
y besado tu cuerpo
de derecha a izquierda
de izquierda a derecha
te hubiese besado
yo te hubiese querido
y hubiese dibujado tus manos
en la contracarátula
de mi cuaderno atlas #602
cuadriculado de ochenta hojas
y todas en blanco
80 hojas en blanco sin tu nombre porque
yo no te conozco
y sólo sé de tu mano que reposa en mi cuaderno
en blanco
como los días
y las horas
en blanco

imposible quererte
imposible

porque yo no te conozco
ni conozco el oriente
ni beso tu cuerpo
de arriba abajo
de abajo hacia arriba
yo beso sólo
tus pesadas manos
que escriben hermosa-s
desde cualquier punto
hacia la nada
de mi cuaderno en blanco
yo te hubiese querido
como queremos a la mañana
y hubiésemos llorado
juntos
lejos de tu cuerpo
lejos de las páginas en blanco
lejos de tu letra
cerca de nosotros
y nos hubiésemos jurado
quemar las ochenta hojas
de distancia entre tus manos
y las mías
y las hubiésemos recorrido
las ochenta hojas
entre tu izquierda y mi derecha
entre mi cabeza
y tus zapatos

Y yo te hubiese olvidado
sin saber tu nombre
sin alcanzar tu cuerpo
te hubiese besado las manos
hubiésemos conocido oriente
pero te vas
y yo lo entiendo

si pudiese
me hubiera ido yo de mí hace tiempo












Mari Nakazaki (María Isabel Nakazaki Seminario – Chiclayo, 1993). A los cuatro años armé mi maleta para irme de casa, pero no me lo permitieron, decidí habitar en mi cabeza, en donde me encuentro hasta el día de hoy. Algunos lo llaman Lima. Escribo cuentos y poesía desde muy pequeña gracias a una amiga que ahora se encuentra fuera de esta ciudad, pero dentro de mi mente. Actualmente estudio fotografía. Uno de mis sueños es ser directora de orquesta, pero para eso haré cine, y sobre todo, en cada cosa que haga: poesía.



lunes, 6 de octubre de 2014

Kreit Vargas Gómez: "Todo lo sagrado en mí no es algo que pueda ser nombrado"

Con Kreit Vargas Gómez caigo en la tentación de incurrir en el análisis de sus poemas en forma individual, supongo que es porque no consigo encontrar su visión totalizadora, como es la filosofía; pero esto no es filosofía, esto es poesía, y cada poema del poeta es el resultado de un movimiento, o así lo entiendo. Cada texto tiene un aroma y un color distinto, una textura y una dirección diferente. Aún así, la poesía de Kreit es fácilmente identificable, como él escribe "podrías volarte la cabeza pero no el pecho en la búsqueda desmesurada de una epifanía". 



[TONAYAN]



Tuve un color hermoso
Un lugar donde mi oro era irremplazable
Jade en la fiesta de la sangre
Donde mi ejército se convirtió en barro sobre la marcha

Ahora mi enemigo agoniza enloquecido por la belleza de la calma
Proclama su derrota en el movimiento
Nada puede contra la estela invisible de mil hombres volviendo a la batalla por siempre
Secreto motivo arrebatado al sueño de la piedra
A su primer canto
Aquí
Abandono la primera estancia donde la vida brota como agua incomparable
Agua para la sed insaciable de los vencidos en el campo donde crecen los palacios elementales
Donde el sol desciende convertido en una bestia fraterna
Para besar nuestras frentes
A lamer nuestro último latido





[CEMPAZUCHIL]



Atraído por el aroma del sol macerado en la boca de las flores
No pude recordar la dirección del puerto tras el jadeo constante del nopal
Entonces volví sobre la búsqueda encarnado en el caracol y su doble prisión

Tuve un rostro en la historia de las revoluciones invisibles
Un vínculo sagrado con la estrella amada de los asesinos
Aprendí el rito callado del primer hombre que busca un lugar para morir
Abedul primordial esperando el regreso de las mariposas

Esta playa en su memoria me devuelve sobre su paranoia interminable
Mineral legítimo regido por la turbulencia celeste
Cuando el sol era un dios
Y mi voz un elemento precioso e inestable
Devine en agua renovado por el ascenso del salmón y su reino generoso de muerte

En cada dimensión propuesta por sus matemáticas prevaleció el fuego
Domesticadas las sombras y la presencia del lobo en la escena cotidiana del pan
Las oraciones se convirtieron en el sordo aleteo de la libélula en el día renovado

Antecedidos por estallido de la semilla que retorna al sueño
La calma se hace posible en la tempestad de la carne





[SUICIDIO]




Thích Quảng Đức
Todo lo sagrado en mí no es algo que pueda ser nombrado
el fuego que me envuelve es un sereno animal
despertando después de un largo silencio
ninguna palabra es pilar para este sueño
A menudo nadie canta esta belleza
me antecede este polvo
esta similitud
con el
sol


[el espíritu a través del bosque en llamas]
[hipnotizado por la calma se descubre]





[JARDINES FLOTANTES]



Tarde, por la mañana eras un rumor ancestral. Qué idioma es el que te hace uno con el ruido interminable de langostas devorando la memoria. Un laberinto para el caminante que cae en el mundo desde lo más alto. Piérdete, bestia tierna en los evangelios del ayahuasca. Hermosa enredadera que da muerte al árbol que respira por encima de los organismos fundamentales. Otro es mi ser, otro su reino de héroes vencidos. Máscara dorada en la noche perdida. Termina pronto esta columna de humo, está conformación de niebla donde se edifica el día, descifra este teorema absurdo. Yo no era sino él. Yo no era sino él. Yo no era sino él. ¿Tú lo recuerdas, no es así? La voluntad del templo es reducirte a cenizas hasta el punto de olvidarte, escucha a quien te aguarda entre tormentas, escúchalo. Mastica tu lengua. Tú no eres sino él. Escribe la historia que deje a los hombres sin cielo, destrúyelo todo, necio comerciante de perfumes olvidados. Ella es tu abismo. ¿Comprendes? Sus palabras son el mercurio que te va matando. Entierra lo que nunca tendrá nombre. Tú glaciar palpitante. Delicadezas que se cuelan entre sacrificios. Este niño no tiene nombre. Ámalo porque a pesar de no ser nadie viste un cuerpo. Invisible. Mi ser es otro y mi reino se instala en los basurales del corazón.
Mi ser es otro. Bendecida mi voz por la vitalidad de la semilla. Mi ser es otro y no lo recuerdas. Escúchate, el agua no canta el giro de los anillos de Saturno. Ese mar muerto te recuerda a tu padre, ese mar muerto te recuerda a tu madre, a toda tu familia en extinción. Nube, conjuras niebla con la boca rota por su nombre, bebes e inhalas probabilidades efímeras, yo me pierdo en mí.
Todo se ha ido separando bajo la matemática estricta del primer llanto. Pronuncia el nombre de la criatura más hermosa que borro la memoria de todos. Esta carta nos habla de la muerte de una constelación. ¿Entiendes el juego? El vientre de su primogénito es azul y es un planeta de agua. La niebla me permite advertir mi oración definitiva. Esto soy yo ¿Adviertes el humo? Esto soy yo. Nací ciego y ya era tarde para respirar.
Tengo un nombre y niebla en el pecho. Hermano preciado, triste por no decir triste. Poseo y me avergüenza este artificio de luces. Pálido entre la mañana motorizada te desprendes articulado por las derivas. Tú eres el otro, el convencido. ¿Qué hablas cuando exaltado por las multitudes te marchitas en los cementerios?
El latido del ser a quien odias te puebla. Amas en secreto ese cuerpo, pero ningún fuego te mostrará su sombra. Piensa en el otro que te observa diariamente tras el humo. Te digo necio, también él te observa como un dios demente tras las sombra. ¿Eres el otro no es cierto? Redimido atraviesas los jardines entre el estupor de los niños santos.
Los cánticos empiezan.
Té de jazmines para la sed de lo absurdo.
El jardín florece en el desierto.





[LOS FUNDAMENTOS DEL CIELO]



Me pregunté quién era, luego todo fue gritos. Yo no podía ver bien a través del humo. No adiviné este temporal, lo advertiste demasiado tarde.
Ya no sueño. Humea el cuerpo, un incendio forestal quizás. Recuerdo Paris, el invierno congelando las mentes de miles. Pude saber. Pude entender. Quizás el sonido que produjo aquel animal que fue destrozado por la ternura sea anterior al universo. Soy un pequeño dios. Desastroso elemento indefinido. Templar las cuerdas hasta romperlas. ¿Y el miedo? A veces sí ocurría. Cuando todos bajaban la voz y el eje del planeta chirriaba. Alrededor de las ocho de la noche, los disparos se escucharon. El silencio es una construcción absurda. Punto. Muere el dirigente del primer partido político y las rosas se abren. Y bien si todas las muchachitas andan a pie por el borde del río sonriendo. Y de nuevo solo humo en lugar de carne. Eso dicen las estadísticas. Eso dicen los noticieros. Eso dice mi abuelo que está sentado a mi lado desde que murió. ¿Acaso el país podría soportar el peso de tantas obligaciones? Yo hablo. Los espías han decidido despejar el área, no volveré la mirada atrás. Pude haber muerto, ¿lo sabes?. Es lo más hermoso del mundo. Y es así como los conquistadores encontraron una mina informal en su pecho. Podrías volarte la cabeza pero no el pecho en la búsqueda desmesurada de una epifanía. Corrijo las líneas con las que historia manipula a los hombres, frente a un jarrón de porcelana, esmaltado en tres colores. Es la época de Wan Li.
Las decapitaciones en las alturas del Himalaya fueron un juego entretenido, para cuando desperté eran piedras rodando por los acantilados. La renovación de un idioma y la estúpida manía de buscar la perfección. ¿Cuántos muertos guarda el jardín? Los símbolos negros nacidos del pincel resquebrajan el rostro de los niños. Quiero pensar que el amanecer llegará. Los balnearios de la melancolía y el estremecimiento juvenil trepan esta columna de aire. 
Leopardos hermosos corren por las calles en busca de la primera presa, cuando el día se cierra y no hay escapatoria. ¿El cuento tiene varios momentos? a donde había partido toda esa gente sin armas. Con cierta habilidad táctica, entrenaba nubes por las tardes.
Yo creí en su sueño. 
Otro disparo ¿lo escuchaste? 
Él está rendido por ella, pero quizás no sea por la belleza sino por el perfume.
Volveré a París para no escuchar los disparos. 
El jardín empieza a florecer, puedo guardar un poco de este tiempo en mis bolsillos.
La dulzura extrema y radical de la flor que lo niega todo.
Ser un dios demente girando alrededor de la tierra.
Un ojo que juzga y asesina.












Bio-ruido

Kreit Vargas Gómez, invierno del 84, encendemos todas las luces y escogemos un pequeño lugar en la oscuridad, nació en Arequipa, desde entonces busca formas de destruir los átomos que lo conforman. Participó en festivales en Perú, Chile, Bolivia, México y Praga, últimamente trabaja 3 poemarios que probablemente no vean la luz.
Habita eventualmente el Asteroide B612, ha obtenido varios reconocimientos por su trabajo escritural, pero últimamente piensa en convertir sus libros en atentados, la tabla periódica de elementos químicos es un aliado imprescindible.
Últimamente descubrió que su alma es transparente como el ron.