Cuando se pretende conservar la frescura y esa crueldad en la sinceridad de las palabras, se suele perder la dirección del poema. Raúl Heraud lo logra con tal éxito, que esa crueldad se yergue grande por donde quiera que se la mire. Hoy nos entrega una selección de sus poemas punzo-cortantes que nos despierta de aquello que tal vez nunca quisimos ver.
Los parnasianos
Pobre
poeta que he sido
siempre con el santo de espaldas
únicamente dueño de mis magullados versos
ninguneado por los dioses de la culta lima
que hicieron oídos sordos a mi relampagueante voz
fui arrojado del Olimpo esta mañana
por no pertenecer a la estirpe ni a la argolla
literaria capitalina
porque no soy digno de llamarme poeta,
porque nunca leí Ave Soul
ni entendí Trilce
ni le rendí honores a Luchito Hernández
ni brindé en nombre de los Hora Zero
qué horror!
ahora me despido de todos
escribiendo desde el ostracismo
este humilde panfleto sin intelecto
fui vilipendiado negado crucificado casi muerto
por los sesudos apóstoles del stablishment cultural
siendo objeto de risas
de mofas sin ningún sentido
me apartaron de los grandes bardos consagrados que se
matan por aparecer en diarios
y revistas como si se tratase de la nueva puta de moda
de los críticos despiadados que toman daiquiris en el
Haití
escriben en el comercio
y desprecian todo lo que no se encuentre dentro de la
elite ilustrada
de los falsos profetas de mi generación
que hacen de los halagos un mercado solo para los
privilegiados de siempre
de los alquimistas que lo saben todo, que lo escriben
todo y son merecedores
de grandiosos homenajes y premios solo por formar
parte de las antologías oficiales
escritas por la santa cofradía intelectual
de los gánsteres de la palabra que convierten a
poetas en cadáveres
por encargo
de los que se creen los iluminados de la poesía
peruana y no son nada más que tristes acomplejados
que se autoproclaman como los pensadores del nuevo
milenio y son incapaces de escribir una cuartilla decente adiós
poetas encumbrados , les dejo su noche hipócrita y embrutecida por sus deseos
de notoriedad, adiós a los minúsculos personajes que se disputan la honra en
tertulias baratas y absurdas guerras teóricas para la platea, adiós a los
tristes carroñeros de la palabra que se arrastran cada noche por
apestosos lupanares para alquilar su decencia por tres cervezas, adiós a los pseudo
pensadores que viven convencidos de ser ellos y no otros los elegidos,
autoproclamándose cada vez que pueden como las únicas voces de la década, adiós
a los muertos de hambre que están seguros que la palabra tiene precio y viven
de la poesía como larvas, adiós a los que alucinan que la gloria se logra
armando escándalos por nada , adiós a los poetas alpinchistas, a los poetas
subtes y a los poetas light que creen que hacer arte es tirar contra otros
cientos de kilos de mierda solo porque se odian a sí mismos, adiós a los que
buscan fama desesperadamente y viven tocando las puertas de columnistas
hambreados que les ofrecen una miserable nota por un plato de lentejas, adiós a
los pobres diablos que se creen con el derecho de decir quién es poeta y quien
no, a quienes encumbran sus nombres antes de saber leer y escribir, adiós a los
vanguardistas de alcantarilla, a los pensadores de bares y cuchitriles que aman
la mediocridad y odian la belleza, adiós a los poetas poseros a los
poetas malditos y a los poetas huachafos que caminan ebrios buscando fama por
el centro de la ciudad dando de gritos solo para que volteen a mirarlos, porque
esto es lo que han erigido los olímpicos dioses de la poesía, un palacio de
serviles y esclavos del favor, un cabildo de envidiosos que viven de la ponzoña
y la afrenta, porque solo la divina providencia sabe lo que necesitan sus
siervos, y porque nunca fui digno de ser como ustedes, adiós queridos
argolleros parnasianos, adiós sagrados traficantes de la palabra.
La cena más miserable
Este lugar es un inmenso cementerio en el que jugamos
a salir vivos
hombres y ratas todos sentados como en una gran mesa
familiar
y dios que lo sabe todo les da de beber mi sangre
como en un acto de expiación
un negro curare que no es más que mi propia vida
inútil como un cactus seco
todos comen y beben hasta el hartazgo
mi padre eructa el cebo de su puta infeliz
que dejó sus años colgados como res en alguna esquina
de la mesa
aquí todavía yacen sus restos junto al pellejo de su
hijo muerto
arroja mis huesos a la basura que luego serán
devorados por mis
hermanos hambrientos
mi madre engulle mis últimas tripas que más tarde
defecará sobre sus amantes
dos perros conocidos se disputan su corazón
revolcándose felices sobre el excremento
en el centro de la mesa
enjutas hienas
se disputan mis sesos por unas monedas
las ratas más gordas los animan a luchar
ebrios de
sangre
beben del cráneo sagrado de dios
quien les hace
a todos una reverencia con la mano derecha
como señal condenatoria de mis pecados
le indica al
más vil de ellos que ya puede recoger de la mesa
mis entrañas
y agradece a la concurrencia
algunos ríen y cantan otros lloran con la mitad de sus
rostros sin consuelo
se leen la suerte y vomitan sus odios disimuladamente
padres contra hijos
labio a labio
bajo las
máscaras del amor.
La balada del Llanero solitario
Yo soy el llanero
solitario
quimosavi
en medio de este gran
salón
desafiando la muerte
creyendo ser un
encumbrado poeta
una estrella del rock
para la chica que esta
noche me aplaude desde aquella mesa
como si fuera Bukowski
ella es lo más parecido
a un ángel está sucia noche
en la que fuma
mentolados con ese cínico aire a Janis Joplin y guarda
debajo de esos
pantalones un hermoso corazón tatuado en el culo
hola
cara pálida soy el Llanero solitario
toma mi mano
huye conmigo de esta
ciudad en ruinas
te prometo escribir un
bello poema sobre tu joven cuerpo desnudo
pero ella sabe que la
noche es un potro salvaje
y que ya estoy viejo
para esas andanzas de héroe
urbano
del chico bueno de la
película que nunca seré
la vida es una bala que
atraviesa tu corazón cuando menos lo imaginas quimosavi
y tú llanero, sube a tu
caballo salvaje y huye de estas tierras
ya no te pertenecen, son
jóvenes y hermosas praderas que no has
de cabalgar nunca más
déjala ir vuelve a tu
viejo oficio donde las palabras te hacen libre
ella solo ve en ti a un
hombre que escribe para escapar de la muerte
a un personaje solitario
cuyo único reino es este paraíso de ángeles tóxicos que
fingen escucharte esta
noche, volteo para ver a la muchacha, quisiera correr hacia ella y abrazarla pero se ha marchado, no dejo de pensar en la
exterminación masiva de todas las
mujeres que tienen un
corazón tatuado en el culo, la ciudad arde en llamas y yo no tengo
nada que decir, me
pregunto si mañana alguien recordará
estas cicatrices, si habrá valido la
pena todo el dolor del
que hablé en estos bares, que carajo importa pensar en ella, si esta
penosa luz no es
suficiente para cubrir mi corazón ensangrentado, tengo cuarenta y tres
años y miro la vida con ojos de quien ya no
espera nada, mis palabras se agotan y y
la
única certeza que tenía
esta noche se la llevó la muchacha; el Llanero solitario montado
sobre su veloz caballo llamado Plata abandona
otra vez el Far West derrotado por la muerte,
la poesía será siempre el hogar de
todos los que no tenemos salvación.
La verdadera historia de Billy The Kid
Billy The Kid escucha
Talking Heads en la Plaza San Martín
por las noches se sienta
a tirarle migajas de pan a las palomas que vuelan
desde la catedral
sueña con besar a las
muchachas en las bancas de los parques
donde los borrachos y
artistas escriben sus historias a media
tarde
entre fotógrafos y floristas se enamoró de Anna
una hermosa mujer con el
rostro estilizado como el de una diosa Inka
nunca supo el porqué de
esa extraña predilección
por las chicas más
bonitas y melancólicas
la otra noche saliendo
del bar
Billy le contó a Anna que sobre estas calles
ya no crecían magnolias
que solo hay ángeles y
demonios que saltan al vacío
un doloroso
silencio como de cementerio impregnó el
corazón de Anna
aquí el amor no
significa nada dijo Billy
la tristeza es como una
rosa en agonía
él aspiró el humo negro
de su locura
puso en la vieja rockola
una canción de Hendrix
miró con ternura a la
muchacha mientras ella lloraba
con los ojos cerrados
dentro de un mundo sin tiempo
huyamos de aquí Anna
ocultémonos de esta
ciudad y su maldita canción sin futuro
piérdete conmigo sobre
esta calle perfumada de girasoles, antes que la realidad nos pegue un tiro,
un extraño
presentimiento se apoderó de ella, en las calles
las palomas habían
desaparecido de los parques
y ya no habían mas niños
jugando en las azoteas del mundo
vamonos dijo Billy
mientras se alejaban del olor a tristeza que a esta
hora de la noche salía
como una peste desde el fondo de las discotecas
ella cerró los ojos y cabalgó junto a él sobre las calles
incendiadas
siguió la música de su
corazón.
Good bye blue sky
No hablo con nadie
huyo el resto del día
de los fantasmas y el alcohol,
ya no fumo el alquitrán
que retuerce mis sueños,
de vez en cuando leo a
Maiakovski
y me seduce la idea del suicidio.
Este cerebro es mi laberinto
telaraña enfermiza de la que escapo
a diario
a veces olvido qué clase de ser humano soy
vivo en el manicomio de los cuerdos
voy a terapia de tres a cinco
tengo amigos locos adictos y maníacos
que evito para olvidarme de las clínicas
psiquiátricas
los dolores
las pastillas y sus efectos colaterales
ellos vienen a mí cada vez más deteriorados
sicóticos
inentendibles
me hablan de Dios y de Louis Armstrong
bebemos hasta aburrirnos de nosotros mismos
por las mañanas volvemos cada uno
a nuestras extrañas y miserables vidas
mucho más locos y maníacos
héroes anónimos
en esta guerra
contra la depresión.
Rockstar
Quítate
las medias, las trenzas , besa mi ilullasimi hasta tocar con tu corazón mi
sendero, introduce tu lengua, killawañuy, en mi cascara liquida, posa en tu
hemisferio derecho esta bella flor a la que llamo poesía; yo soy el dios Amaru,
supaipawawa, el heavy metal que estremece tus caderas mientras te cabalgo; give
me your love wasi sunqu, gime me your fuckin love pequeña danzarina de la muerte, yo
soy ojo de perro negro, estrella del rock and roll, lengua de fuego,
rimackullaiki triste.
El vate Raúl Heraud en la V fecha de las Noches Literarias realizadas por Michael Jimenez.
Fotografía: Mirtha Pecho
Raúl Heraud
Alcázar (Lima, 1970)
Licenciado en Psicología, hipnoterapeta clinico, hizo estudios en la
especialidad de Psicología social en la universidad de Alicante, España,
formación psicoterapéutica en terapia racional emotiva en I.T.R.E. (Lima – Perú).
Ha publicado los poemarios Hecho de barro
2001 y Respuesta para tres o cuatro en el 2002 bajo el fondo editorial de
la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, “El
arte de la destrucción” Teatro de la
crueldad, (Lima 2009, presentado en la FIL de la Habana – Cuba), “Orange ode” (Edit. Mesa redonda 2009).
“Restos” (Editorial Letra en Llamas 2011), La flor de la locura (Edit. del 5 –
Chile 2011), La piedra elemental (Camareta Cartonera – Ecuador- 2012) y las
antologías “Antología de la nueva poesía
cubana 1970 – 2010” (Elefante editores – 2010), Rito Verbal, Muestra de
poesía peruana 2000 – 2010 (Elefante editores, 2011), El Fin, poesía
ecuatoriana (Elefante editores, 2012). Ha sido incluido en antologías sobre
Poesía peruana como “El ojo de la aguja”
2003, (U.I.G.V), “Ríos viejos voces
nuevas” (Ed. Casa del poeta peruano 2005), “Cuentos Reales”,
(U.I.G.V. 2005) “Manual de literatura peruana” (Afa
Editores 2008), “Antología poetas del mundo” (Revista Hispanoamericana de
Literatura 2008), “Antología palabras sin
fronteras” (Universidad Ricardo Palma – 2009), “Antología de poetas
peruanos” (ediciones Jaguar,
México 2009). Ha editado un disco titulado “Orange ode” con el músico peruano
Carlos Alberto Cárdenas donde fusiona la poesía y la música, sustentados a través
del video. Fue traducido al catalán, árabe, italiano y portugués. Ha
participado en festivales internacionales de poesía tanto en Perú como en
España, Argentina, Brasil Cuba, Ecuador, Estados Unidos y Chile.
Ha ganado los premios de poesía:
-Premio Hermandad Latinoamericana, Buenos Aires Argentina, 2006
-Premio Hispanoamericano de Poesía Rubén Bonifaz
Nuño, México 2013