miércoles, 16 de julio de 2014

El Regreso del Llanero Solitario.

Cuando se pretende conservar la frescura y esa crueldad en la sinceridad de las palabras, se suele perder la dirección del poema. Raúl Heraud lo logra con tal éxito, que esa crueldad se yergue grande por donde quiera que se la mire. Hoy nos entrega una selección de sus poemas punzo-cortantes que nos despierta de aquello que tal vez nunca quisimos ver. 


Los parnasianos

Pobre poeta que he sido
siempre con el santo de espaldas
únicamente dueño de mis magullados versos
ninguneado por los dioses de la culta lima
que hicieron oídos sordos a mi relampagueante voz
fui arrojado del Olimpo esta mañana
por no pertenecer a la estirpe ni a la argolla literaria capitalina
porque no soy digno de llamarme poeta,
porque nunca leí  Ave Soul
ni entendí Trilce
ni le rendí honores  a Luchito Hernández
ni brindé en nombre de los Hora Zero
qué horror!
ahora me despido de todos
escribiendo desde el ostracismo
este  humilde panfleto sin intelecto
fui vilipendiado negado crucificado casi muerto
por los sesudos apóstoles del stablishment cultural
siendo objeto de risas
de mofas sin ningún sentido
me apartaron de los grandes bardos consagrados que se matan por aparecer en diarios
y revistas como si se tratase de la nueva puta de moda
de los críticos despiadados que toman daiquiris en el Haití
escriben en el comercio
y desprecian todo lo que no se encuentre dentro de la elite ilustrada
de los falsos profetas de mi generación
que hacen de los halagos un mercado solo para los privilegiados de siempre
de los alquimistas que lo saben todo, que lo escriben todo y son merecedores
de grandiosos homenajes y premios solo por formar parte de las antologías oficiales
escritas por la santa cofradía intelectual
de los gánsteres de la palabra que convierten  a poetas  en cadáveres
por encargo
de los que se creen los iluminados de la poesía peruana y no son nada más que tristes acomplejados
que se autoproclaman como los pensadores del nuevo milenio y son incapaces de escribir una cuartilla decente adiós poetas encumbrados , les dejo su noche hipócrita y embrutecida por sus deseos de notoriedad, adiós a los minúsculos personajes que se disputan la honra en tertulias baratas y absurdas  guerras teóricas para la platea, adiós a los tristes carroñeros de la palabra que se arrastran cada noche por  apestosos lupanares para alquilar su decencia por tres cervezas, adiós a los pseudo pensadores que viven convencidos de ser ellos  y no otros los elegidos, autoproclamándose cada vez que pueden como las únicas voces de la década, adiós a los muertos de hambre que están seguros que la palabra tiene precio y viven de la poesía como larvas, adiós a los que alucinan que la gloria se logra armando escándalos por nada , adiós a los poetas alpinchistas, a los poetas subtes y a los poetas light que creen que hacer arte es tirar contra otros cientos de kilos de mierda solo porque se odian a sí mismos, adiós a los que buscan fama desesperadamente y viven tocando las puertas de columnistas hambreados que les ofrecen una miserable nota por un plato de lentejas, adiós a los pobres diablos que se creen con el derecho de decir quién es poeta y quien no, a quienes encumbran sus nombres antes de saber leer y escribir, adiós a los vanguardistas de alcantarilla, a los pensadores de bares y cuchitriles que aman la mediocridad y odian la belleza, adiós  a los poetas poseros a los poetas malditos y a los poetas huachafos que caminan ebrios buscando fama por el centro de la ciudad dando de gritos solo para que volteen a mirarlos, porque esto es lo que han erigido los olímpicos dioses de la poesía, un palacio de serviles y esclavos del favor, un cabildo de envidiosos que viven de la ponzoña y la afrenta, porque solo la divina providencia sabe lo que necesitan sus siervos, y porque nunca fui digno de ser como ustedes, adiós queridos argolleros parnasianos, adiós sagrados traficantes de la palabra.






La cena más miserable

Este lugar es un inmenso cementerio en el que jugamos a salir vivos
hombres y ratas todos sentados como en una gran mesa familiar
y dios que lo sabe todo les da de beber mi sangre
como en un acto de expiación
un negro curare que no es más que mi propia vida
inútil como un cactus seco
todos comen y beben hasta el hartazgo
mi padre eructa el cebo de su puta infeliz
que dejó sus años colgados como res en alguna esquina de la mesa
aquí todavía yacen sus restos junto al pellejo de su hijo muerto
arroja mis huesos a la basura que luego serán devorados por mis
hermanos hambrientos
mi madre engulle mis últimas tripas que más tarde defecará sobre sus amantes
dos perros conocidos se disputan su corazón
revolcándose felices sobre el excremento
en el centro de la mesa
 enjutas hienas se disputan mis sesos por unas monedas
las ratas más gordas los animan a luchar
ebrios  de sangre
beben del cráneo sagrado de dios
quien les  hace a todos una reverencia con la mano derecha
como señal condenatoria de mis pecados
le indica  al más vil de ellos que ya puede recoger de la mesa
mis entrañas
y agradece a la concurrencia
algunos ríen y cantan otros lloran con la mitad de sus rostros sin consuelo
se leen la suerte y vomitan sus odios disimuladamente
padres contra hijos
labio a labio

bajo las  máscaras del amor.




La balada del Llanero solitario

Yo soy el llanero solitario 
quimosavi
en medio de este gran salón
desafiando la muerte
creyendo ser un encumbrado poeta
una estrella del rock
para la chica que esta noche me aplaude desde aquella mesa
como si fuera Bukowski
ella es lo más parecido a un ángel está sucia noche
en la que fuma mentolados con ese cínico aire a Janis Joplin y guarda
debajo de esos pantalones un hermoso corazón tatuado en el culo
hola cara pálida soy el Llanero solitario
toma mi mano
huye conmigo de esta ciudad en ruinas
te prometo escribir un bello poema sobre tu joven cuerpo desnudo
pero ella sabe que la noche es un potro salvaje
y que ya estoy viejo
para esas andanzas de héroe urbano
del chico bueno de la película que nunca seré
la vida es una bala que atraviesa tu corazón cuando menos lo imaginas quimosavi
y tú llanero, sube a tu caballo salvaje  y huye de estas tierras
ya no te pertenecen, son jóvenes  y hermosas praderas que no has de cabalgar nunca más
déjala ir vuelve a tu viejo oficio donde las palabras te hacen libre
ella solo ve en ti a un hombre que escribe para escapar de la muerte
a un personaje solitario cuyo único reino es este paraíso de ángeles tóxicos que
fingen escucharte esta noche, volteo para ver a la muchacha, quisiera correr hacia ella  y abrazarla pero  se ha marchado, no dejo de pensar en la exterminación masiva de todas las
mujeres que tienen un corazón tatuado en el culo, la ciudad arde en llamas y yo no tengo
nada que decir, me pregunto si  mañana alguien recordará estas cicatrices, si habrá valido la
pena todo el dolor del que hablé en estos bares, que carajo importa pensar en ella, si esta
penosa luz no es suficiente para cubrir mi corazón ensangrentado, tengo cuarenta y tres
 años y miro la vida con ojos de quien ya no espera nada,  mis palabras se agotan y y la
única certeza que tenía esta noche se la llevó la muchacha; el Llanero solitario montado
 sobre su veloz caballo llamado Plata abandona otra vez el Far West derrotado por la muerte,
 la poesía será siempre el hogar de todos los que no tenemos salvación.




La verdadera historia de Billy The Kid

Billy The Kid escucha Talking Heads en la Plaza San Martín
por las noches se sienta a tirarle migajas de pan a las palomas que vuelan
desde la catedral
sueña con besar a las muchachas en las bancas de los parques
donde los borrachos y artistas escriben sus historias a  media tarde
entre  fotógrafos y floristas  se enamoró de Anna 
una hermosa mujer con el rostro estilizado como el de una diosa Inka
nunca supo el porqué de esa extraña predilección
por las chicas más bonitas y melancólicas
la otra noche saliendo del  bar
 Billy le contó a Anna que sobre estas calles ya no crecían magnolias
que solo hay ángeles y demonios que saltan al vacío
un doloroso silencio  como de cementerio impregnó el corazón de Anna
aquí el amor no significa nada dijo Billy
la tristeza es como una rosa en agonía
él aspiró el humo negro de su locura
puso en la vieja rockola una canción de Hendrix
miró con ternura a la muchacha mientras ella  lloraba
con los ojos cerrados dentro de un mundo sin tiempo
huyamos  de aquí Anna
ocultémonos de esta ciudad y su maldita canción sin futuro
piérdete conmigo sobre esta calle perfumada de girasoles, antes que la realidad nos pegue un tiro,
un extraño presentimiento se apoderó de ella, en las calles
las palomas habían desaparecido de los parques
y ya no habían mas niños jugando en las azoteas del mundo
                                                                      
vamonos  dijo Billy  mientras se alejaban del olor a tristeza que a esta
hora de la noche salía como una peste desde el fondo de las discotecas
ella cerró los ojos  y cabalgó junto a él sobre las calles incendiadas
siguió la música de su corazón.



Good bye blue sky


No hablo con nadie
huyo el resto del día
de los fantasmas y el alcohol,
ya no fumo el alquitrán
que retuerce mis sueños,
de vez en cuando leo a
Maiakovski
y me seduce la idea del suicidio.

Este cerebro es mi laberinto
telaraña enfermiza de la que escapo
a diario
a veces olvido qué clase de ser humano soy
vivo en el manicomio de los cuerdos
voy a terapia de tres a cinco
tengo amigos locos adictos y maníacos
que evito para olvidarme de las clínicas psiquiátricas
los dolores
las pastillas y sus efectos colaterales
ellos vienen a mí cada vez más deteriorados
sicóticos
inentendibles
me hablan de Dios y de Louis Armstrong
bebemos hasta aburrirnos de nosotros mismos
por las mañanas volvemos cada uno
a nuestras extrañas y miserables vidas
mucho más locos y maníacos
héroes anónimos
en esta guerra
contra la depresión.



Rockstar

Quítate las medias, las trenzas , besa mi ilullasimi hasta tocar con tu corazón mi sendero, introduce tu lengua, killawañuy, en mi cascara liquida, posa en tu hemisferio derecho esta bella flor a la que llamo poesía; yo soy el dios Amaru, supaipawawa, el heavy metal que estremece tus caderas mientras te cabalgo; give me your love wasi sunqu, gime me your fuckin love pequeña danzarina de la muerte, yo soy ojo de perro negro, estrella del rock and roll, lengua de fuego, rimackullaiki triste.

 El vate Raúl Heraud en la V fecha de las Noches Literarias realizadas por Michael Jimenez. 
Fotografía: Mirtha Pecho



Raúl Heraud Alcázar (Lima, 1970) Licenciado en Psicología, hipnoterapeta clinico, hizo estudios en la especialidad de Psicología social en la universidad de Alicante, España, formación psicoterapéutica en terapia racional emotiva en I.T.R.E. (Lima – Perú). Ha publicado los poemarios Hecho de barro 2001  y Respuesta para tres o cuatro en el 2002 bajo el fondo editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, “El arte de la destrucción” Teatro de la crueldad, (Lima 2009, presentado en la FIL de la Habana – Cuba), “Orange ode” (Edit. Mesa redonda 2009). “Restos” (Editorial Letra en Llamas 2011), La flor de la locura (Edit. del 5 – Chile 2011), La piedra elemental (Camareta Cartonera – Ecuador- 2012) y las antologías “Antología de la nueva poesía cubana 1970 – 2010” (Elefante editores – 2010), Rito Verbal, Muestra de poesía peruana 2000 – 2010 (Elefante editores, 2011), El Fin, poesía ecuatoriana (Elefante editores, 2012). Ha sido incluido en antologías sobre Poesía peruana como “El ojo de la aguja” 2003, (U.I.G.V), “Ríos viejos voces nuevas” (Ed. Casa del poeta peruano 2005),Cuentos Reales”, (U.I.G.V. 2005)Manual de literatura peruana”  (Afa Editores 2008),Antología poetas del mundo” (Revista Hispanoamericana de Literatura 2008), “Antología palabras sin fronteras” (Universidad Ricardo Palma – 2009),Antología de poetas peruanos” (ediciones Jaguar, México 2009). Ha editado un disco titulado “Orange ode” con el músico peruano Carlos Alberto Cárdenas donde fusiona la poesía y la música, sustentados a través del video. Fue traducido al catalán, árabe, italiano y portugués. Ha participado en festivales internacionales de poesía tanto en Perú como en España, Argentina, Brasil Cuba, Ecuador, Estados Unidos y Chile.

Ha ganado los premios de poesía:

-Premio Hermandad Latinoamericana, Buenos Aires Argentina, 2006
-Premio Hispanoamericano de Poesía Rubén Bonifaz Nuño, México 2013


martes, 8 de julio de 2014

Juan Pablo Mejía no solo es editor, también escribe.

debajo del deseo
hay un escalón que conduce a la noche




huimos aquí a buscar el olvido y el desarme de tus manos / pero qué ocurrirá con nosotros cuando retorcidos un nombre y una cifra nos hagan creer que te representan / porque cuando te miro a los ojos sonríes y evitas hablar de aquel pasado que arrasa tu cabeza / y a pesar de que solo tenemos en común los dedos cercenados de nuestra dictadura individual / tú te esfuerzas cada atardecer en sitiar la ciudad de mi voz / mientras los demás se abandonan en sueños con animales de metal y artefactos eléctricos / y para no hacer de nuestra escritura un aviso luminoso en medio de una carretera abandonada / sino una llave a las lejanas constelaciones / y para hacer de nosotros chicos de mirada dulce / y no una oscura pantalla a prueba de fallos / prometimos que algún día tendremos primeros lugares para ella.




rabioso animal liberado dentro de mi cabeza
devorando mi corazón




anoche lo hemos visto / no intentes excluirte / no llenes tu boca con palabras pronunciadas por otros / será menos letal si huyes a los escombros / sin naves ni revólveres ni migrantes / sin fiscales seremos ahora solo el disparo de tu boca / nuestros argumentos / y el sol transparente en el horizonte / a pesar de todo te amo por tu pureza cegadora / hay que tener en cuenta que traición y esperanza son el mismo árbol bajo la luz de esta historia / el rastro de nuestra sangre es una voz desahuciada que no logra a travesar el viento / la experiencia creadora es el arma principal para la captura / hay que estar atentos a las precipitaciones angulares del sueño / hoy que dibujo mis letras no sabes cuánta pena habita en cada forma / porque tú no tienes título en este simulacro de realidad / nos defenderemos de los que nos obligan a callar / de los que no están de acuerdo con lo urgente / repito: lo urgente.



qué dolor soñará la muerte
ahí donde la luz es desesperación


                                                                                                                   No hay salvación para un pueblo sumiso.

Likidar, Aeropajitas


las corrientes espirituales son felices cuando incluyen educación / un individuo es real si los televidentes revierten el intercambio / tenemos necesidades básicas por revisar / estas últimas décadas nos interesa la poesía en términos de esperanza de vida / aunque hoy la capacidad de escribir libremente es baladí / porque si no cambia la estructura no nos interesa el diálogo / acuérdate de la mirada cristalina que rompimos con indiferencia / y cuando asoma el egoísmo nuestro comportamiento es una práctica que no logra plasmarse / tenemos bien en claro la puñalada / un proceso de aprendizaje permanente encendiendo las alarmas de la sociedad / sin dolor los muertos se aproximan a cifras que mejoran los récords de venta / y qué le diremos a los jóvenes para que retomen su tradición / lo que se nos pide ahora es una estrategia sostenida por una palabra que se fractura / la imagen del martillo otorga poder porque nos recuerda el miedo / y qué es lo que está pasando en realidad / cuánto nos reciclamos y cuánto nos excluimos / muchos dicen que nuestro desequilibrio está más lejos de la genialidad porque es número par.





era necesario sufrir al rebaño para alcanzar
las cúspides cilíndricas de sus noches


La tarde de muertos eclipsan el bar
y los deudos callarán su rabia
y todo es por ti.
El Asesino de la Ilusión, Leusemia


la persecución inicia / las dimensiones no dan por perdidas las voraces miradas / regresamos al perfil de nuestros sueños que adelgazan un centímetro por año / nos acercamos a un precipicio lleno de reflejos / recordamos  lo que no se nos dice / lo que habla de retroceder ante esta nomenclatura que se ampara en vértigo y espejos / perdimos el mar de nuestros ojos / otra vez marchamos entre heridas inútiles / con el temor de los últimos disparos de tu boca / no hay sentido de certeza / el canto de una sorda entonación inclina leve su manto hacia la eternidad / la no–existencia me encuentra sentado frente a ti con una ráfaga de murmullos a punto de explotar / es diferente perderse entre arrullos matinales / frente a mi muerte de puerta cerrada / a mi llanto de calle desierta / a mis brazos cerrados de puños abiertos / la dorada lluvia se esparce a lo largo de tu cabellera / lava nuestro encuentro / un instante de fugaz recaída / [palabraspalabraspalabraspalabraspalabras-palabras sólo palabras sin sentido alguno]
                                                                                                             el silencio te pertenece.

 De: Las capturaciones (inédito)





Juan Pablo Mejía (Lima, 1982)

Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde junto al grupo cultural Nudo de voces organizó concursos, encuentros literarios, recitales poéticos y ferias de libro. Textos suyos aparecen publicados en diversas revistas y blogs de literatura, así como en las muestras colectivas Nudo (2007), Caja de Typos (2007), Cuatro (2009) y La imagen de las palabras (2009). Antologado en Poesía Perú S. XXI: 60 Poetas Peruanos Contemporáneos (2007), publicó Balada de la piedra que canta (2009). Dirige el sello Paracaídas Editores.



miércoles, 2 de julio de 2014

Carlos Yánez Gil: "Saco mi cabeza para naufragar a la velocidad de los números que parecen cogerme en sentido anti horario."



NIÑOS DE LUZ



Niños soplan barcos de papel que pintan con sus 

ojos en las tardes donde el sol jamás se les oculta. 
Niños baten columpios con sus alas inmaculadas y 
sus cabellos vuelan y brotan árboles en las nubes. 
Niños desintoxican el mundo con sus brazos al que 
brindan pieles nuevas. 
A una distancia prudente, aguardan unas esferas 
llenas de colores para ser alzadas en vuelo por los 
niños que protegen luces puras. Toda la vida se 
resume en eso que es más supremo que el amor por 
vivir: La felicidad de un niño. 



 
Dibujo hecho por Lici Ramirez, inspirado en los versos 
del poema "Niños de Luz" de Carlos Yáñez Gil.



SOL DE PERSIANAS


Mal momento para que el sol se mirase en los restos de persiana 
que habitan en mis ojos. Me alejo de los cuervos en el viaje pues 
me siento un dragón mutilado encerrado en una burbuja de 
metal que enclaustra mi tarde de botella. Todo sabe desabrido, 
no sólo por el aliento cetrino que todo modifica y nada cambia. 
Cómo se nota que la noche había dormido sobre mí. Mis hojas 
danzan y crean el viento que mese mi piel de lado a lado. El 
desierto de mis ojos difumina las figuras que sólo se aclaran 
cuando empieza el espejismo. Ahora es el asfalto que esnifa al sol 
de un orgasmo, lo exhala y lo tose para volar como un desfogue 
de ira que perturba, pero la desnudez es rígida y distante como 
una bolsa de témpano lo es para mí. Tiernos momentos 
transpiran mi profanada frente. Saco mi cabeza para naufragar a 
la velocidad de los números que parecen cogerme en sentido anti 
horario. Cuando era el momento para desempapelar la luna y 
sacarla a pasear, fue entonces que metió la mano en el bolsillo de 
su camisa, justo al lado de su corazón, y me la dio, así, sin más.




FELIZ

Estoy enterrado en un espejo que llega hasta mi cuello y 
apenas puedo moverlo. Veo con el rabillo de mis ojos el 
reflejo del interior de mi nariz, mis anteojos, mis labios. 
Gotas de aguas caen lentamente sobre mi frente, 
desquiciándome. Mis ojos se escapan con sogas 
descendiendo por mis agrietados pómulos, bajan pateando 
mi boca, llegan hasta mi cuello y tratan de asfixiarme con 
esas mismas sogas de las que se valieron.
Crearon una revuelta para convencer a mis otros sentidos a 
escapar con ellos. Mi nariz, mis oídos y mi lengua,
abandonaron mi rostro sin decirme una sola palabra. 
Esta vez, eran ellos quienes jugueteaban con sus reflejos.
Se fueron a existir a otro rostro. Exhalo una madeja de 
avispas, un dolor de piernas carcomidas, una trifulca de 
vientre y una humedad que desmenuza mi pelvis desde la 
piedra que uso como asiento. Ya no puedo ver más mi 
reflejo. Ya no sé cómo soy.





         
 Carlos Yáñez Gil en la presentación del libro 
"Camping en el país de las maravillas" de Becky Urbina.


Carlos Yáñez Gil (29) Nació en Lima el 23 de diciembre de 1984 en el hospital Rebagliati. Estudió Diseño en IPAD. Trabajó para la marca de cuadernos Standford, y para el C.C España. Actualmente es diseñador Freelance. Diseñó los logos del 4to y 5to Festival de Poesía de Lima,  el afiche y logo del 4to Festival Lima Mon Amour, del logo y diseños del 1er Festival Internacional Cinemapoesía. Así como también afiches para diferentes poetas. Próximo a sacar su primera plaqueta. Mantiene inédito lo que sería su primer libro de poemas.