debajo del deseo
hay un escalón que conduce a la noche
huimos
aquí a buscar el olvido y el desarme de tus manos / pero qué ocurrirá con
nosotros cuando retorcidos un nombre y una cifra nos hagan creer que te
representan / porque cuando te miro a los ojos sonríes y evitas hablar de aquel
pasado que arrasa tu cabeza / y a pesar de que solo tenemos en común los dedos
cercenados de nuestra dictadura individual / tú te esfuerzas cada atardecer en
sitiar la ciudad de mi voz / mientras los demás se abandonan en sueños con
animales de metal y artefactos eléctricos / y para no hacer de nuestra
escritura un aviso luminoso en medio de una carretera abandonada / sino una
llave a las lejanas constelaciones / y para hacer de nosotros chicos de mirada
dulce / y no una oscura pantalla a prueba de fallos / prometimos que algún día
tendremos primeros lugares para ella.
rabioso animal liberado dentro de mi cabeza
devorando mi corazón
anoche
lo hemos visto / no intentes excluirte / no llenes tu boca con palabras
pronunciadas por otros / será menos letal si huyes a los escombros / sin naves
ni revólveres ni migrantes / sin fiscales seremos ahora solo el disparo de tu
boca / nuestros argumentos / y el sol transparente en el horizonte / a pesar de
todo te amo por tu pureza cegadora / hay que tener en cuenta que traición y
esperanza son el mismo árbol bajo la luz de esta historia / el rastro de
nuestra sangre es una voz desahuciada que no logra a travesar el viento / la
experiencia creadora es el arma principal para la captura / hay que estar
atentos a las precipitaciones angulares del sueño / hoy que dibujo mis letras
no sabes cuánta pena habita en cada forma / porque tú no tienes título en este
simulacro de realidad / nos defenderemos de los que nos obligan a callar / de
los que no están de acuerdo con lo urgente / repito: lo urgente.
qué dolor soñará la muerte
ahí donde la luz es desesperación
No
hay salvación para un pueblo sumiso.
Likidar, Aeropajitas
las
corrientes espirituales son felices cuando incluyen educación / un individuo es
real si los televidentes revierten el intercambio / tenemos necesidades básicas
por revisar / estas últimas décadas nos interesa la poesía en términos de
esperanza de vida / aunque hoy la capacidad de escribir libremente es baladí /
porque si no cambia la estructura no nos interesa el diálogo / acuérdate de la
mirada cristalina que rompimos con indiferencia / y cuando asoma el egoísmo
nuestro comportamiento es una práctica que no logra plasmarse / tenemos bien en
claro la puñalada / un proceso de aprendizaje permanente encendiendo las
alarmas de la sociedad / sin dolor los muertos se aproximan a cifras que
mejoran los récords de venta / y qué le diremos a los jóvenes para que retomen
su tradición / lo que se nos pide ahora es una estrategia sostenida por una
palabra que se fractura / la imagen del martillo otorga poder porque nos
recuerda el miedo / y qué es lo que está pasando en realidad / cuánto nos
reciclamos y cuánto nos excluimos / muchos dicen que nuestro desequilibrio está
más lejos de la genialidad porque es número par.
era necesario sufrir al rebaño para alcanzar
las cúspides cilíndricas de sus noches
La tarde
de muertos eclipsan el bar
y los
deudos callarán su rabia
y todo es
por ti.
El
Asesino de la Ilusión , Leusemia
la
persecución inicia / las dimensiones no dan por perdidas las voraces miradas /
regresamos al perfil de nuestros sueños que adelgazan un centímetro por año /
nos acercamos a un precipicio lleno de reflejos / recordamos lo que no se nos dice / lo que habla de
retroceder ante esta nomenclatura que se ampara en vértigo y espejos / perdimos
el mar de nuestros ojos / otra vez marchamos entre heridas inútiles / con el
temor de los últimos disparos de tu boca / no hay sentido de certeza / el canto
de una sorda entonación inclina leve su manto hacia la eternidad / la
no–existencia me encuentra sentado frente a ti con una ráfaga de murmullos a
punto de explotar / es diferente perderse entre arrullos matinales / frente a
mi muerte de puerta cerrada / a mi llanto de calle desierta / a mis brazos cerrados
de puños abiertos / la dorada lluvia se esparce a lo largo de tu cabellera /
lava nuestro encuentro / un instante de fugaz recaída /
[palabraspalabraspalabraspalabraspalabras-palabras sólo palabras sin sentido
alguno]
el
silencio te pertenece.
De: Las capturaciones (inédito)
De: Las capturaciones (inédito)
Juan Pablo Mejía
(Lima, 1982)
Estudió
Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde junto
al grupo cultural Nudo de voces organizó concursos, encuentros literarios,
recitales poéticos y ferias de libro. Textos suyos aparecen publicados en diversas
revistas y blogs de literatura, así como en las muestras colectivas Nudo (2007), Caja de Typos (2007), Cuatro
(2009) y La imagen de las palabras
(2009). Antologado en Poesía Perú S. XXI:
60 Poetas Peruanos Contemporáneos (2007), publicó Balada de la piedra que canta (2009).
Dirige el sello Paracaídas Editores.
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