viernes, 13 de junio de 2014

¿Porqué escribes?


Y ahora pienso que la relación de amistad es la manera natural. Quiero decir que somos amigos por naturaleza. Entonces somos amigos hasta que algo nos ponga en distinta situación.
Nacemos con cerebro, órganos y músculos; pero no nacemos dueños del lenguaje ni del amor. Solamente desde lo amistoso podemos aprender a amar. Y no podemos aprender a escribir sino desde el lenguaje.
Escribimos para los amigos. Acá se termina el chiste de “escribo por mí, para mí, porque quiero, porque se me antoja” y empieza la responsabilidad de decir “amigos, miren lo que escribí. Miren lo que hice”. Si escribimos es porque sabemos que hay otro. Amamos porque sabemos que hay otro. Somos porque sabemos que hay otro.
También está el chiste de que no nos hacemos amigos de cualquiera. Bien, habría pues que preguntar a cualquiera qué opina de semejante ocurrencia.
Me gustan los personajes racistas, xenófobos o antisemitas porque parecen creíbles. Ellos dicen odiar a quienes no conocen, rechazan a quienes no conocen casi como si hubieran descubierto alguna verdad para vivir.
Otros dicen que fulano es mejor persona que mengano, que zutano es más inteligente que perengano, que equis es mejor que jota, que hay que elegir bien las compañías, que “yo no soy amigo de cualquiera”. No sé qué tan cercanos puedan ser la verdad y el equilibrio.
Pero yo iba a decir algo acerca de eso de escribir. No creo que escribir sea poner una firma al pie de un texto, publicar un libro, ir a exposiciones, decir trivialidades acerca del arte.
Ahora creo que escribir es decir algo a alguien, alguna boludez sin importancia, como sentarse en un bar con un desconocido y contar alguna cosa.
Sólo así puedo justificar la soledad que implica ponerse a escribir algo.

1 comentario:

  1. La amistad, entendida como interacción simbionte, inevitable, e incluso necesaria para generar movimiento, no se encuentra exenta de mutar su naturaleza. Es cierto que nuestra ‘existencia’ se encuentra justificada en la existencia de otro, mas no de cualquiera, y bajo ese criterio, cualquier manifestación –artística o no- será asimilada como mejor convenga y no necesariamente fiel a la finalidad del mensaje. La amistad y el lenguaje se asemejan en ‘la forma’, mas no en ‘el fondo’. La primera pretende vincular, la segunda sólo se interesa por comunicar.

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